Recuerdo con nostalgia no marchita
aquella plazoleta de mi barrio,
los veranos, los días de diario
y aquel aroma a rosa en santa rita.
El estanque con peces de colores,
la arena en la que hacíamos castillos,
la rojez por el roce en mis nudillos
que nunca percibía sus dolores.
Luego llegaste tú, como una rosa
y embriagaste de aroma mis sentidos,
de mi mano escuchaste los sonidos
conociendo la vida cautelosa.
Fueron años de lucha intermitente,
por borrar un pasado y una historia
y por dejar tan solo en tu memoria,
el amor a la vida y a tu gente.
Se quedaron atrás todos mis sueños,
Creciste sin amparo ni presente
olvidaste mi amor que permanente,
se mantuvo al compás de tus antojos.
De los felices días de verano
no queda ni pasado ni futuro,
alzaste en nuestras vidas ese muro,
que debieron imponerte como humano.
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